"Barbie"

Barbie   : relato, autor Ismael Clavero.

(Dedicado a  ese niño  que lloró en silencio un dolor tan grande)

Aní ya no está, y es eso lo que más me duele. No sé si volverá algún día. ¡La extraño tanto! Recuerdo como si fuese ayer mismo que andábamos juntas en bicicleta por la plaza; yo trepada a su canasto tomándome todo el sol de golpe. Mi amiga, mi mejor amiga. Creo que nunca volveré a tener una amiga como ella. ¡Cuánto la quería! En las noches oscuras es cuando más la extraño, ¡mi amiguita, si tan sólo estuvieras aquí! Es que ese osito de felpa que me regalaste es tan tonto, ni siquiera silba. ¿Te acuerdas Aní, cuando me silbabas al oído tu canción favorita? No recuerdo su nombre, pero lo que sí recuerdo es tu cara de monita simpática, cuando esforzabas tu boca para silbar. La verdad es que juntas hemos tenido muy gratos momentos. ¿Recuerdas Aní, a aquella amiga tuya que golpeaste porque me tiró de los pelos, y te dijo que yo era fea? Sí lo recuerdas, supongo, yo recuerdo como hasta el día de hoy tus mejillas enrojecidas por la ira, parecías un tomate a punto de reventar; después nos fuimos a tomar un helado y olvidamos el incidente. Cuán fácil olvidamos los niños las ofensas, los maltratos, Aní, ¡las golpizas!...Enséñame a ser tan valiente como tú, enséñame a olvidar Aní. Todavía veo sombras malas en tu cuarto, Aní, sombras de desgracia y dolor, Aní… Cuando te repongas amiguita, volveremos a andar en bici las dos como antes. Tomaremos helados, pelearemos con los varoncitos de la plaza, las dos trenzadas en un tumulto de polvo y cabellos revueltos…A veces tengo mucho miedo Aní, en especial cuando veo a los varones me estremezco, Aní. Es que yo pensaba que nunca ellos podrían lastimarnos, Aní. Te debe haber dolido tanto aquella herida, amiguita; sangraste y lloraste tanto. Yo también sufrí en mi alma un gran dolor. Es que ya lo ves Aní, sin tus manos no tengo fuerzas, no tengo vida sin tu voz Aní ¡Te quiero y te necesito tanto amiga!...Ahora que tu padrastro está en la cárcel y vos en el hospital, es cuando más sola me siento. Sí Aní, sí  amiguita, las muñecas también sufrimos de soledad, y desamparo.