Cuando partiste
Si no llegases a tiempo
a cubrirme de nardos el pecho,
de voces el alma,
habrá un silencio que apriete,
acongojado, mis sentimientos.
Habrá candados de mudez
sobre la boca de los amantes.
¡Si no llegases!
¡Si jamás vinieses!
Sabré conocer la hiel del olvido,
el tormento del suplicante.
Todavía, amor mío,
hay polvo de rosas que exhalan
tu nombre de cuatro letras,
tu canción preferida,
la que enmudecieron las estrellas,
la que ahogó mi corazón en sus lágrimas,
para no decirla ni al viento
ni a las flores.
Sólo yo supe mi dolor
cuando partiste.