El pequeño vendedor
Dedicado con inmenso amor y admiración a todos los niños que trabajan en la calle.
Lo vi llegar hacia mí,
de antemano vencido,
sus ojos vacíos,
tristes,
como la antesala del olvido.
La niñez se le escapaba,
Lo sé,
De a pasos, por el asfalto negro.
Con voz pequeña
Me ofreció un chocolatín sucio.
No me miraba,
No me veía…
Quise gritarle al mundo
Su cruel cobardía,
Quise abrazarlo, sentarme con él
en la eternidad de las cosas,
decirle que lo amaba,
rozar con mis dedos
su cabello duro y pegajoso.
Un perro cusco pequeño
le hacía mohines con el rabo.
Desde lejos, un adulto serio
le llamó,
le conminó con fiereza.
Su boca se me antojó cual cloaca gris.
Él, cabizbajo,
sumido,
se alejó de mí
con su moneda apretada
por el puño de la fatiga.
Yo, con mi chocolatín sucio,
me marché,
me alejé hacia mi destino,
Él a su perdida niñez.
Poema perteneciente al libro “Crónicas Urbanas “autor, Ismael Clavero.